sábado, 29 de octubre de 2011

Scene 20: 17. Sueño

Normalmente no duerme.

Suele quedarse despierta, mirando a La Grande. No le hace falta el tiempo para descansar, como ha encontrado su regazo, el mundo va despacito y no se cansa. Le fascina cómo la gente grande y la gente pequeña desaparecen mientras duermen. No comen, no ríen, no beben, no hablan, no se mueven. Sólo existen, del mismo modo en que existen los juguetes o los bordillos, las tejas o el polvo, pero un poquito más calientes.
Eso es lo que más le gusta de las personas dormidas, el calor. Se arrebuja un poco en las sábanas y se pierde en el hueco del brazo de La Grande. La oye respirar como a un pajarillo, siente el rumor tenue de su corazón intentando hablar. Pero las palabras no le salen, sólo el ritmo y la sangre. El ritmo y la sangre.

Los seres dormidos se vuelven animales. Rotación de la tierra, procesos químicos, erosión, putrefacción, crecimiento, consumo, regeneración y gloria, calma y batalla. Mente en ebullición encajada en un estante vacío. Le da miedo tocar a los dormidos, del mismo modo en que le da miedo tocar a los muertos. Son muertos con el alma aún atada dentro.
Tan aturdida que Noviembre no sabe leerla. Son sus propios momentos de calma, de búsqueda y orden, cuando no hay voces que la llamen o gestos que la apremien. Son los momentos en los que puede hablar un poco consigo misma. Cuando el mundo se hunde en el sueño.
Pero no del todo, pues sabe que la tierra sigue girando. Su sordo rumor siempre está presente, como el sonido incesante del mar en las casas de la costa. Y su concha se erosiona, pensando que hay más despiertos al otro lado, en otros hogares, tras otras puertas. Que hay más almas en movimiento, más bocas que mastican y dedos que rascan, que no hay silencio.

Sabe que sólo podrá descansar por completo cuando el mundo se detenga, y todos los vivos se conviertan en estatuas. Quizá entonces pueda caminar descalza entre cenizas y escombros, y encontrarse a sí misma del todo.

Mientras, Noviembre echa alguna que otra cabezada. Se parece bastante a morirse, aunque luego vengan los sueños a comerle la cabeza.

Esperará al invierno cubierta por la nieve de las sábanas.

Hug me, and I'll forget

3 comentarios:

Edeiel dijo...

¿Qué te digo? Si es que me tienes enamorá.

Adoro cómo escribes, la forma que tienes de transmitir los sentimientos de tus personajes. ¡Y esta vez además con la maravillosa Noviembre!

Espero impaciente leer tus próximos Scene.

Un besazo muy grande y un achuchón.

Custom Lovers (Apo) dijo...

Qué chulo el relato, necesito saber más cosas de Noviembre ;___;

Mama con ansiedad dijo...

Esta frase me ha encantado: "Son muertos con el alma aún atada dentro."
Ahora me pica muchísimo la curiosidad saber datos sobre Noviembre. Por el texto parece mucho más que una niña pequeña. A ver si pronto lo descubro ^^